Translate

domingo, 20 de abril de 2014

HASTA EL DOMINGO


Cuando se es fan de "Vaya semanita", ese programa genial de ETB, la televisión vasca, es inevitable caer en la tentación. Pero estoy segura de que Josu me perdona esta pequeña irreverencia. Está hecha con cariño y, además, seguro que Él también es del mismo centro de Bilbao.





Entrada al Santo Sepulcro en la Iglesia de la Resurrección en Jerusalén




HASTA EL DOMINGO



Abrió los ojos lentamente. Lo primero que notó fue la dureza de la piedra en la espalda y los músculos entumecidos. Al parecer, había dormido un buen rato y eso le alegró, pues significaba que se había ahorrado unas cuantas horas de aburrimiento. Se estiró como un gato perezoso, apartó la sábana (qué áspero le resultaba el tacto del lino) y se sentó al borde de la losa. Se inclinó hacia delante y, a tientas, buscó una hendidura en la piedra.
Apenas tardó unos segundos en encontrar lo que buscaba. Era un objeto negro, cuadrado, del tamaño de la palma de su mano. Levantó la tapa y una luz azulada iluminó su rostro. Pulsó una tecla, se llevó el objeto a la oreja y esperó.

—Hombre, Josu —dijo una voz—, ¿qué tal estás, cómo ha ido todo?
—Bien, Miguel, todo bien —contestó—. Oye, ¿está Aita por ahí?
—Andaba por aquí hace un rato, sí, ¿quieres hablar con él?
—Sí, pásamelo, por favor.
Se levantó y empezó a caminar alrededor de la estancia.
—¿Qué pasa, Josu? —preguntó alguien con voz grave y potente.
—Hola, Aita, ¿qué tal?
—Por aquí todo bien. ¿Y tú, cómo estás?
—Aburrido como un hongo, de eso quería hablar contigo.
—¿Aburrido? ¿Cómo que aburrido?
—Joder, Aita, aburrido, ¿no sabes lo que quiere decir “aburrido”? Que aquí no hay tele ni consola ni txiquitos ni nada, ni siquiera una miserable baraja para hacer un solitario. Que no tengo nada que hacer, hostias, que me aburro.
—Ya, y… ¿qué quieres que haga? Tienes que quedarte ahí hasta el domingo por la mañana.
—Pues eso, quiero que me des permiso para salir antes.
—¿Salir antes? ¿Tú estás loco, pues? ¿Te imaginas el pifostio que se montaría?
—¿Pifostio? No veo por qué.
—Josu, no me jodas, ¿has hecho lo más difícil y ahora te vas a rajar en lo más fácil?  
—Es que este sitio me produce claustrofobia.
—Y a mí las tonterías me dan urticaria, leches. Salir antes, salir antes… ¿Qué hago con los soldados que hacen guardia en la puerta, eh?
—Eso es fácil, mándales al ángel que tiene que dormirlos.
—No puedo, tengo a todos los ángeles de puente, el puente de Pésaj, ¿sabes? Y los que no están de puente tienen trabajo.
—Aita, porfa…
—¡Que no, coño! ¡Que te tienes que quedar ahí hasta el domingo! Imagina que te despistas y te apareces a alguien. Se organiza un pollo que no veas y a continuación vienen Isaías, Zacarías y todos los demás a pedir mi cabeza por haberles jodido las profecías.
—Joder, Aita, eres la hostia…
—Ni hostia ni leches. Quieto ahí hasta que amanezca el domingo y llegue María Magdalena. Y si te aburres cuenta ovejas. O juega al  Candy Crush.
—Se me han acabado las vidas…
—Ahora te mando unas cuantas por Facebook.

Bajó la tapa y suspiró con resignación. No había nada que hacer. Se quedaría hasta el domingo, hasta que María Magdalena estuviera a punto de llegar. Cuando Aita decía que no… era que no. Siempre había tenido un carácter muy fuerte.

2 comentarios:

  1. ¡Ja,ja,já! Ha merecido la pena ponerme los palillos en las pestañas. Esta ba intrigadísima a ver a quién le tocaba esperar.
    Besitos una vez más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ves, Rosa, el pobre Yosu, aburrido como un hongo tres días y su Aita que no daba el brazo a torcer.
      Qué bien que te rías con lo que escribo.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar